Varios meses han transcurrido desde la última actualización en mi blog, tuve que dirigir mi atención hacia mi interior nuevamente y pensar en las actividades o pasatiempos que podrían contribuir a mi equilibrio personal. He disfrutado muchísimo mi intermitente faceta como cocinera, pero sentía que necesitaba algo más, mi mente y mi corazón me lo decían.
Pensé infinitamente en aquello que me apasiona, tanto lo amado como lo detestado, acerca de cómo me veo en la actualidad, cómo me gustaría verme, cuál mensaje deseo transmitir. Poco a poco e inesperadamente, personas maravillosas se cruzaron en mi camino (¿o yo me crucé en el camino de ellos?) y casi como ángeles guardianes me mostraron el sendero a seguir, me dieron sugerencias con mensajes que he logrado comprender en este momento de mi existencia.
Así que ahora voy a comentarles las actividades nuevas que decidí incluir en mi vida:
1. Aprender un nuevo idioma: el ruso. ¿Pero por qué ese? Hay otros idiomas menos complicados para una nativa de la lengua española, tales como el italiano y el portugués. Estudié el francés anteriormente durante cuatro años, por lo que no estaba muy interesada en conocer alguna otra lengua de la rama neolatina. Quería algo distinto, fuera de lo común, al menos por este lado del planeta. Muchos me recomendaron estudiar el alemán, investigué pero no sentí conexión alguna con este idioma. Luego ¡el chino mandarín!, la escritura y la variación tonal en la pronunciación me asustaron. Consideré también otra opción: el japonés, pero tampoco clasificó como ganador por la misma razón que el mandarín, aunque debo admitir que mis puertas están abiertas para aprender (intentarlo al menos) alguno de estos idiomas.
El alfabeto cirílico me asustó al principio, más tarde descubrí que es lo más sencillo del idioma comparado con los casos rusos, los cuales son el dolor de cabeza de cualquier estudiante, sin mencionar las numerosas excepciones a las reglas gramaticales y la cuestión de la sílaba tónica, no hay manera gráfica de identificarla. Me encanta que no solo se aprenda la lengua, sino también la gran riqueza cultural e histórica de ese enorme país.
2. ¡¡¡Finalmente me inscribí en el gimnasio!!! No tienen idea de lo difícil que es para mí ir al gimnasio. Es un verdadero reto ejercitarme todos los días, no solo por la flojera sino también por la ubicación, este se encuentra en un centro comercial, sinónimo de chocolaterías, cafeterías y pastelerías que echan por tierra todo el esfuerzo del día. No es fácil, pero sigo intentando…
3. Y por último, pero no menos importante: estoy aprendiendo a tejer en telar. Quería conocer más sobre manualidades, algo tradicional, algo que las abuelas hacían en el tiempo libre, aunque todavía debo aprender crochet. Esta actividad me ha sorprendido en gran medida porque pensé que sería aburrida, mas no es así. Realmente contribuye a mantener la atención enfocada, no puedo pensar en nada más mientras tejo, mi mente está allí, me atrevo a decir que parece una meditación.
Tejer en telar. |
El tejer me ha enseñado que el tiempo y la dedicación me ayudarán a obtener el resultado deseado en esta etapa de mi vida. Paso a paso, tejo un suéter de un color que podría quedarme bien y de un tamaño adecuado para mí. Escogí el hilo, su color y tamaño, pero aún desconozco si ese resultado cumplirá mis expectativas. ¿Luce tan bien como pensé? ¿Tengo que tejer más? ¿Debo cambiar el color? Preguntas que todavía no tienen respuestas. Paciencia es la palabra clave sin olvidar disminuir las altas expectativas, será mucho mejor si disfruto simplemente cada fila de este patrón llamado vida.
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